Uno de los reproches que se le puede hacer al modelo de salud planetaria es precisamente ese, que sea planetario y poco realista, poco práctico. Es necesario hacer un esfuerzo para enraizar el modelo en nuestro entorno más cercano, en nuestro centro de atención primaria o en el dispositivo asistencial de mi barrio.

Por esta razón considero que puede ser muy ilustrativo realizar el ejercicio de conectar la definición de salud planetaria y contextos concretos, para entenderla en nuestro entorno asistencial real.

Partiremos pues de la definición de salud planetaria: conjunto de acciones encaminadas a preservar y potenciar todas las dimensiones del ser humano a la vez que se garantiza la persistencia del entorno biológico y medioambiental. La aportación principal de la salud planetaria es la dimensión poliédrica y sistémica de la acción. Se da vital importancia a todos los determinantes de salud, tanto los sociales, culturales y socioeconómicos, como los físicos, los mentales y espirituales en una adecuada relación con el entorno que lo preserve e incluso potencie su desarrollo y diversidad, enriqueciendo la vivencia del ser humano en el medio ambiente, en el planeta. Dándonos la oportunidad a nosotros y a futuras generaciones, de desarrollar todas nuestras potencialidades en plena armonía con el entorno natural1.

¿Cómo vivirlo en un área de salud integrada?  En un área de salud integrada se pretende ofrecer modelos de atención integrados y centrados en las personas y su entorno, compartiendo la promoción y el cuidado de la propia salud, apostando por la proximidad y la innovación; ofreciendo servicio en los distintos niveles asistenciales, es decir, en la atención primaria, la hospitalaria y la sociosanitaria o intermedia, la salud mental y las adicciones, así como en la atención domiciliaria2.

Me gustaría comenzar por lo que se califica como aportación principal de la salud planetaria que no es otra que la dimensión poliédrica y sistémica de la acción. Lo cual nos lleva a entender siempre la misma como una acción, pero una acción llevada a cabo desde un sistema, es decir, colectivamente y coordinadamente. No son válidas pues las acciones inconexas que no generan valor real por encontrarse aisladas. Pero es que además de colectivas y sistémicas, las acciones han de ser llevadas a cabo teniendo en cuenta las diversas caras y posibilidades en el abordaje de los temas de salud, dependiendo de la visión y desempeño del profesional.

Salud planetaria es ejecución, es operativa, es acción práctica y empírica; no tiene sentido como concepto teórico o conceptual exclusivamente. Como disciplina requiere de un desarrollo académico, pero si se queda en ese mundo, jamás puede dar resultados reales en salud, que es su único y principal cometido, la razón de su existir.

La red asistencial, los diferentes entornos asistenciales y la sociedad en su conjunto determinan el abordaje de los problemas de salud. Por consiguiente, la interdisciplinariedad es vital en el apoyo a las personas, en la obtención del mayor valor posible en salud. Los profesionales asistenciales de la prestación sanitaria son vitales en la visión poliédrica, pero no son los únicos integrantes del sistema. Por consiguiente, debemos abrirnos a nuevas profesiones que se incorporan al mundo de la salud. Algunos los tenemos ya muy cerca conceptualmente, como los entrenadores de actividad física, o los técnicos de integración social; otros no tanto como los profesores de primaria, los mediadores culturales, o los demógrafos.

Releyendo el objetivo de un área de salud integrada y la base de acción de la salud planetaria constatamos una total conexión y cohesión. El trabajo interdisciplinar, la naturaleza operativa y la perspectiva de los abordajes de la salud desde diferentes prismas son la esencia de un área integrada de salud y la salud planetaria.

Asimismo, un área integrada de salud se crea precisamente para abordar conjuntamente todos los determinantes de la salud. Dando la importancia que se merecen a los determinantes sociales. Como ya indicaba Sir Michael Marmot: “Si los mayores determinantes de la salud son sociales, también deben serlo las soluciones”3. Abordar la intervención en todos los niveles asistenciales de salud y sociosanitarios es determinante para alcanzar el éxito en la potenciación de la salud de la población. De ahí que la apuesta por la integración de los mismos sea el camino inequívoco a recorrer, avanzando incluso en mayor integración con el entorno social. La importancia del entorno en la salud poblacional supone que el área integrada de salud incorpore la acción trasformadora sobre el medioambiente para enriquecerlo; logrando así una adecuada armonía en la vida de las personas en relación con el medio que nos rodea. Es decir, no solamente cuidando y protegiendo lo existente, con una perspectiva conservacionista, sino también favoreciendo el enriquecimiento de la biodiversidad y a la vez la coexistencia del ser humano en la misma.

Cuando afirmamos que un área integrada de salud trabaja “centrada en las personas y su entorno, compartiendo la promoción y el cuidado de la propia salud, apostando por la proximidad y la innovación” es la expresión práctica del concepto de “conjunto de acciones encaminadas a preservar y potenciar todas las dimensiones del ser humano”. La persona necesita instituciones a su tamaño, y las áreas integradas lo son. Además, le ponen en el centro de la acción y comparten tarea; el cuidado y la promoción de la salud.

La tecnología sanitaria es de extrema importancia, pero no es la única fuente de innovación en el sistema de salud. Hoy día hay mucha innovación que viene de la mano de las personas, de los modelos asistenciales, de las iniciativas para incorporar a la ciudadanía en la responsabilidad conjunta del cuidado de la salud. La innovación social y las redes de la sociedad civil son imprescindibles en la tarea de un área de salud, puesto que actúan sobre aspectos profundos de la sociedad y las personas.

Todo ello para nosotros, pero también para generaciones venideras, porque sin esa mínima acción de justicia, no hay futuro. Esta afirmación tan básica es preciso realizarla porque en no pocas ocasiones se queda olvidada, me atrevería a decir que nos centramos tanto en el hoy y en nosotros, que tendemos a perder la perspectiva y el sentido último de nuestro proceso vital.

Bibliografía

Ubuntu. Estrategias y acciones de Salud Planetaria. Valbuena, J. Nola Editores 2024

Badalona Serveis Assistencials. www.bsa.cat

The Lancet, Volumen 365, Issue 9464, 19–25 March 2005, Pages 1005-1006. Marmot, M.

Fuente: New Medical Economics